América Latina

vie

Por ser viernes santo desayunamos unos camarones con frijoles, que por mas que solo pude comerme 3, estaban para chuparse los dedos. Pero no es una comida que pueda pasar facilmente y menos a esta hora de la matina.

Luego Nayeli me acercó a la central de los suburbans, unas
camionetitas que son el medio mas rápido para ir a Puerto Escondido. Por la hora a la que llegué me tocó en la última fila, sin pasillo claro pero eran 4 y los otros tres eran varones, con lo que mas que apretados, íbamos encimados: literalmente, medio hombro mio por sobre el hombro del de mi izquiera y lo mismo pero al revés con el chamaco de mi derecha. Si miraba para adelante veia la gigante cabecera de la fila de asientos encimada, o sea que debía mirar para los costados, y sin moverme claro dada las condiciones descritas antes.

Luego de acomodarnos, a los, 2 minutos, sentí una asfixia inexplicable y pensé en bajarme, porque no imaginaba 6 horas asi, muy desesperante.

El camino era curvoso, y con alturas, imposible. Encima había
descansado bien osea que no tenía sueño como para caer redonda y no sentirlo tanto.. en fin arrancó y me dije que cuando no aguantaría mas pues me bajo y ya.

Pero el bus común tarda 3 horas mas, por eso la gente viaja en eso,
pero en ese momento prefería las 3 horas mas!
Llegando a Puerto, llamo al hostel Shalom, el primer hostel de mi
viaje, ya que nadie del club habia aquí, donde llego caminando 15
minutos después. Ahi atendía Hill, un mexicano muy piola, tranquilo, y siempre sonriente, nos hicimos compinches y compartimos varias
cahuamas en las calurosas noches que allí estuve. Después de
registrarme dejé mi mochila y las sabanas rojas que me entregaron
sobre mi cama, la última libre, en el dormi “mas traqui” (que igual
tenía unas 40 camas) porque estaba alejado de la recepción y barcito donde había pachanga toda la noche. Por ser semana santa estaba hasta el moño de defianos que no les alcanza la plata para irse a Acapulco (que esta a 3 horas del DF). Voy a la central de autobuses a comprar mi pasaje a San Cristóbal de las Casas para el día siguiente, y luego de 45 minutos de cola, la chica me dice tranquilamente “no hay hasta el lunes”. Que? como no hay, “no, esta todo vendido, hasta el refuerzo”. Y que otra empresa viaja, “ninguna” no tengo forma de irme de este pueblo hasta el lunes ??? “no”. Ok.

Me lo tomé con soda, y dije, pues descanso obligado, a relajarme y
rascarme un poco la pelusa del obligo.

Al volver al hostel, pasé a por mi primer tlayuda, antes de dejar el
estado de Oaxaca debía probarlas. Allí en el restaurant había un
matrimonio comiendo que como me vieron sola esperando mesa me invitaron a sentarme con ellos y ahi nomás a los que, 15 minutos exagerando estabamos brindando y riendo a carcajadas. Si a veces me cuesta entrar en confianza lo se. Son de Puebla y atienden un restaurant en la playa, en puerto angelito, cerca de mis hostel. Al irse me pagaron mi cerveza y todo.

Al llegar al hostel un pibe me pide que pongan música, que a él no le dan bolilla. La cosa que nos pusimos a charlar, estaba lindo el
mexicano, lo que es raro, pero este no era “tradicional” jaja. Luego
se nos unen sus amigos, eran 4 de méxico pasando su fin de semana largo, y muy entretenidos. Tomamos algo ahi y despues salimos a buscar alguna taquería, pa matar el hambre.

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This entry was posted on Thursday, May 18th, 2006 at 10:02 am and is filed under Mexico. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0 feed. You can leave a response, or trackback from your own site.