América Latina

Amigos con Ron

Originally uploaded by marinmoran.

Dos cabras “pastan” en el patio arenoso de una iglesia destruida donde queda solo la fachada.

Uno me ofrece llevarme a Santiago por 50 dólares en su taxi que se caia a pedazos. A los 15 minutos estaba viajando en otro taxi por 5 dólares (luego de negociar porque pedia 10).

En una parada de la guagua los vendedores ofrecen malta fresca y helados. Las cucharitas que vienen con el helado son un pedazo de cartón recortado.

Un manto de moscas cubre un pedacito de carne cruda del tamaño de un maní, sin dejar ver a través de ellas, que está tirado en el piso en sala de espera de una parada de micros.

A todos los perros se les notan las costillas de lo flacos.
Un paquete de fideos cuesta un dólar.

Un sueldo promedio es de 10 dólares mensuales.

Los únicos carteles de publicidad que se ven en ciudades y carreteras son los de publicidad de la propia Revolución.

Un campesino remueve la tierra de un campo de un par de hectáreas con asada, a mano.

Un arquitecto que trabaja en el turismo porque “deja mas” se descarga contra el sistema y Fidel porque estamos solos, alejados del resto de la gente en la parada de bus.

Ese mismo arquitecto me confiesa al rato, mirando alrededor nuestro, que aún estando solos estaba hablando con miedo.

Al subir a la M7 (gran bus de dos cuerpos) entregas un carton que dice escrito con birome “1 a Pie”.

Una espera de 2 horas para un bus urbano es normal.

Una mujer me pide que si tengo algo para regalarle o algo para escribir, una lapicera.

Hay tantos niños jugando beisbol en cada cuadra de habana vieja que hasta dificultan el paso.

En Copelia, las únicas heladerías en moneda nacional del país, hay cola de mínimo 15 peronas constantemente, desde que abre hasta que cierra.

Un pseudo taxista se frena en medio de la ruta (no baja a la banquina), apaga el auto, y se pone a charlar de la vida con el policia de tránsito que allí parado estaba, un amigo de él.

El conductor de un taxi colectivo, se detiene en medio de la ruta (este no apaga el auto), mientras bajan varios a tomarse unos jugos de frutas en un puestito al lado de la ruta.

Una conversación sobre homosexualidad, a raiz de la novela cubana, que dan Martes, Jueves y Sábado (Lunes, Miércoles y Viernes dan la brasilera), se lleva a cabo entre gente mayor, en un carrito tirado a caballo donde íbamos 9 pasajeros muy amablemente apretaditos.

Un tipo en un solitario pueblo un Domingo a mediodia se me acerca para invitarme a conocer a su hija y saber que dicen sobre mi vida los dioses y me muestra fotos al altar de santa bárbara, en una celebración de diciembre.

Una señora de unos sesenta y tantos años expresa con total convicción que no quiere el sistema capitalismo, aún con todas las desventajas y problemas del actual. Ella lo vivió de niña y se acuerda lo duro que fué.

Una negra de punta en blanco atendiendo en una farmacia se enciende un cigarrillo. Dentro de la farmacia. Atendiendo y donde hay gente.

Un negrito divino de rastras cuidadas y finitas, me ofrece un trago de ron dándome la botella en plena terminal de óbnibus (que obviamente acepté, luego de cerciorarme si no pasaba nada con la poli).

Las vidrieras son grandes cubículos vacíos donde hay 3 bulones y 7 sepillos de diente expuestos de forma que ocupen mas lugar.

Dos viejos decrépitos que no se de donde salen y de golpe los tengo al lado mio, con dificultad me piden un peso para el café. Acto seguido un tipo los manda “para adentro” que ya habian salidos dos veces esa mañana, era un hospital psiquiatrico. Y ahi marchan los dos viejos, juntitos, flacuchentos, que parecian mas borrachos que locos.

Una mujer cose mis sandalias rotas en su casa arruinada opr el huracán, mientras espero en sillón traido para tal motivo al medio del dormitorio. “nos falta ahora aquel techo”. Un colchón viejo y dos tanques de agua hay en la habitación y una mesa.

Los sandwiches se exhiben del lado que tienen la mortadela o jamón, que solo ocupa 3/4 del pan.

Tres tipos le cortan el pezcuezo a un ave tipo pato al lado del mar en el malecón de La Habana vieja mientras cantan. Estaba todo bien porque el animal ofrendado no volvió sino que el mar lo tomó.

Un negro enorme, en zunga, se mete al mar con la botell de Habana Club hasta donde esta su mujer para que tome un trago.

En plena Habana Vieja lo único que se escucha a las 2 de la madrugada es un grupo de negros tocando unos tambores y cantando a lo lejos, y un gallo.

La gente pide una porción extra de helado en Copelia, y al irse lo menten en una bolsita de nylon o vaso plástico (cuidadosamente lavados ya y reutilizados muchas veces, hasta que se rompan) para llevarle a alguien de la familia.

Te sorprende en todo el pais, en cualquier esquina o en el campo, el aroma del café tostado, que se mezcla a veces con el maní tostado, que tanto se vende en las calles en conitos de papel.

Mis primeros dias en Cuba fueron un ir y venir de sentimientos, generando contradicciones constantemente, mas preguntas que respuestas quizás, un sentimiento fluctuante que iba de la admiración al rechazo y lejos de responderme la pregunta “¿Este es el sistema?”, porque es, pero no es, me voy con la certeza de que la alternativa es posible. Socialismo Capitalista me contestó un Israelita muy convencido. No se. Lo que si creo es que tiene que ser un híbrido entre ambos. Pero por sobre todo tiene que haber muchos. Mientras no se unan mas paises, Cuba sola la está peleando el doble. Pero resisten, porque saben todos ellos, muy adentro, que es cuestión de tiempo. De aguantar. Nos aguantan. Cuba nos está haciendo el aguante.

Recorridos por la habana vieja. Sus callecitas atestadas de gente y niños . Un bullicio constante. Las plazas y el casco histórico ahora dentro de un programa de restauración hace unos años, el malecón con su ancha avenida. autos viejos pero todos impecables. Tabaco. Un aroma que llega de los que por ahi fuman, pero rico, agradable, no como el cigarrillo tradicional super procesado. Negros hablando en voz alta. Madres regañando a sus niños. El museo de la Revolución. El museo de Arte Cubano. Una Bucanero con Eric en el Malecón mientras escuchamos el cañonazo de las 9. BiciTaxis que se te aparecen de pronto por cualquier lado sin siguiera avisarte. El parque central. El Capitolio. Las 133 banderas negras frente a la embajada de EEUU. el Vedado. La Rampa. Copelia, con sus múltiples colas para sus múltiples espacios. El Prado. Y al final, el recorrido a la casa, que haré durante todos mis días en La Habana: Agramonte hasta Luz, de allí hasta Damas, donde estaba el bar de la esquina, que atendía a veces un negro profesor de inglés y donde tomé mi primer ron en Cuba, y de ahi a la derecha hasta Acosta, donde doblaba a la izquierda media cuadra, frente a la iglesia de Sancti Spiritu, la mas antigua de La Habana, Acosta 162 Apto 4. La casa de Hector y Eric.

Plaza de la Revolución

Originally uploaded by marinmoran.

Hector y Eric nos esperaban en el aeropuerto, con un cartelito con mi
nombre y apellido que tuve que buscar entre el resto, algo que siempre había querido hacer! jaja, no se porqué.

Ya en el taxi, viajando, reviví algo que había soñado un tiempo atrás,
que iba sentada en un auto, en la parte de atras y miraba por la
ventanilla lo que ahora miraba. El sueño! recordé! y le saqué una
foto. Muy loco.

Miles de preguntas para hacerles se agolpaban y me dejaban muda por momentos, entre el asombro y la emoción de estar finalmente en la isla. Luego Eric nos sirvió un exquisito café cubano (no intenten imaginarlo porque no podran amigos míos a menos que lo hayan probado) y allí empezaron a salir las preguntas, lo bueno, es que Hector es fidelista, y Eric no, entonces cada uno tenía una visión y opinión diferente.

Lunes 1ero de Mayo

Nos levantamos tempranito para salir a las 7 para la plaza. Cuando
aparezco en la cocina, Eric como leyéndome la mente me dice “Amanecer en la Habana Marina…!”

Fuimos caminando, hasta que cogimos una guagua (bus) en Carlos III o Reyna por ahi, nadie pagaba claro, todo el transporte de la ciudad estaba dispuesto para movilizar gente a la plaza. Todos subian desaforados, hasta por las ventanillas se metian, y en la nuestra subió un grupo de negro tocando conga. Se imaginan ese viaje alli arriba? En medio del repiqueteo de los tambores, converso algo con un viejo, un escultor, cubano claro, me muestra la bandera del Che orgulloso, se la había regalado en Brasil cuando fue a hacer unas escultura para una plaza. Luego me cuenta de sus experiencias en Africa cuando por primera vez cargó un rifle, en un reclutamiento de voluntarios que hubo para ir a pelear. Estaba hacía unas horas, y ya conocía a un perfecto desconocido que había arriesgado su vida por sus ideales.

Al llegar, Fidel se escucha por los altoparlantes, mi corazón palmita
un poco mas rápido aún… William, el escultor, de quien luego vi sus
trabajos en el Museo de Bellas Artes de la ciudad, nos compra una
cola, una bebida cola, y el se lleva un par para juntarse con otros
artistas, frente al teatro. “Otros llevaban el ron” me comenta al
pasar. Claro dije yo! como no, un ron con cola a las 8 de la mañana… seguro.

Llegamos a la Plaza. Llena. Roja. Inmensamente roja. Banderines para todos. Algunos estudiantes ya durmiendo en el piso. Estaban desde las 4 de la mañana, o 3 o 2 incluso de la mañana, para acomodarlos. Fidel hablaba. Seguimos avanzando para acercarnos. Lo veo. Habla pausado, claro, como siempre. Es Fidel. El monumento de la Revolución atrás de él. La estatua de Martí a un costado. La cara del Che con su mas famosa frase y la gran bandera atrás nuestro. Gente. Cubanos y no cubanos. Y yo ahi, en la Habana misma escuchando al mismísimo Fidel en uno de los mas importantes actos del pais.

Conversando sobre viajes con un amigo en la universidad, me dijo “la verdad que habría que ir a Cuba ahora, que el viejo vive, habría que aprovechar y vivir un poco de este pedacito de historia, no?” mientras con dos dedos me hacía el gesto de un pedacito de algo. Y ahi se encendieron mis ojos, ” Si, la verdad que tenés razón” le contesté, suavemente, porque mi mente ya estaba viajando.
13 años después experimento lo conversado en ese pasillo universitario con Ropi.

El sol va levantado pero no hace calor. Tomo mates con unos
argentinos que busco adrere debajo de nuestras banderas. Si digo que no extraño el mate en este viaje miento. No me crean. Eran estudiantes de medicina, recién llegados, muchos de los cuales habían ido tentados con dos alfajores que les darian. “No sabes como extrañamos lo dulce! me dice una piba de Misiones”. Y se los dieron, el piso estaba regado de papeles de fantoche triple blanco, de los cuales ya había levantado uno al no creer lo que veia.
El discurso sigue. El viejo no muestra el mas minimo gesto de
cansancio. Converso con dos viejos. “Ahora no hay salario que alcance, no es como antes” me dicen.

Pero ahi vamos. Aca uno vive bien, tranquilo, no hay corrupción ni inseguridad. Y después dicen lo que todos dicen: Educación gratuita para mis hijos, salud, salud gratuita. Educación y Salud. Salud y Educación.

De pronto todos agitan sus banderines de papel, por algo que ha dicho Fidel. Levanto la mía. Ahora habla de la Revolución Energética. Camino un poco y me pierdo en la multitud. Patria o Muerte. Termina. Todas las banderas ahora se agitan, formando un gran mando azul y rojo. suena el himno, y la gente se retira, tranquila pero a paso firme cantando, bailando. Yo que estaba en las afueras empiezo a caminar en sentido contrario a la masa acercándome al centro de la plaza. Cuando allí llego no queda nadie casi, cientos de banderitas desparramadas por el piso, cajas con banderas no repartidas en una esquina. Son las 11 y media de la mañana. Giro en mi eje 180 grados, mientras voy dando la vuelta repaso de nuevo los munumentos vistos, Revolución, Martí, Che Guevara, la estrella de la libertad total de la bandera cubana.

Termina el himno y ahora suena Playa Girón de Silvio Rodriguez por los altoparlantes. Mientras me muevo por esa alfombra de colores cubanos, canto, una vez mas esa canción. Mi emoción llega entonces al punto máximo, y las lágrimas saltan de mis ojos sin la opción de poder contenerlas.

Salgo a desayunar a la placita del barrio, un tamal, y luego un cafe
americano pa despertar. Llevo mi libro. Paseo. Solo me resta hacer
tiempo hasta las 11.30 hora en que sale el bus hacia el aeropuerto,
donde arranca otro viaje.

Cuando emprendo ya la salida del delto de Rafael, emocionada, al darme cuenta que me estaba llendo de México me dió una cosita, que se pasó enseguida porque sabía que “volvía en 15 días” me consolé… Pero ahi me di cuenta lo que me iba a costar irme del todo y lo que extrañaría este país, uno de los mejores del mundo sin duda.

He estado como dos meses en México y no he pasado un solo día sin comer chile: el famoso condimento mexicano, infaltable en cualquier lugar.

Me pregunto si tendran higado los mexicanos… Entre la fritanga, las harinas, el condimento, y el chile, toda una vida comiendo asi… Una mexicana me contaba que ella, a los 3 años comía mole. El mole lleva como 25 o mas condimentos y es muy pesado. Los niños empiezan con el chile desde que nacen (y con el alcohol! he visto una niña de 3 años dando un sorbo a un tequila, y en las fiestas religiosas toman algún licorcito).

La comida en si es extremadamente condimentada comparando con nuestras comidas. Muy sabroso realmente, da gusto. Pero es como que a veces tengo unas ganas de unos fideos blancos hervidos con un poco de manteca y sal!!.

El día arranca y termina con chile: Desde una quesadilla en el desayuno, asi sean las 8 de la mañana va con salsa picante. Luego del desayuno, cerca del mediodía algún antojito como para engañar el estómago, digamos un ezquite por ejemplo.

Tipo 2-3 de la tarde el almuerzo, que puede ser una comida corrida en algún mercado: sopa, plato principal con plato de arroz, tortillas y agua. Todas las mesas tienen ya su plato de chile, limón y rabanito. En la noche, tipo 10, 11, despues de unas buenas micheladas para refrescarse del calor, unos buenos taquitos son mas que tentadores. Y así, se pasa el día comiendo chile de la mañana a la noche.

Todo va con chile: Las frutas en trozos que vienen en vaso o bolsa, los elotes (choclos), Los chupetines, los dulces, los helados, los cacahuates tostados (botana en general) que te sirven con la cerveza. A la propia cerveza también se le hecha. Todo lleva chile. Si no pica no sabe. Sin picante no tiene sentido la vida. Muchos entran en depresión cuando el médico se los prohibe. Prefieren dejar el cigarro y el alcohol antes.

Al principio me cansaba de todo picante los primeros días y no entendía porqué la manía de echarle a todo la salsita picante. Después ya no me molestaba, me empezó a gustar, y hasta si algo no picaba me descubría a mi misma reclamando alguna salsa o chile para agregar (Sino no sabe!!!). Ahora directamente si me agarra la tarde y no comí chile ese día aún, siento que me falta algo. Y allí nomás busco algún picante que me despierte, es como energizante, y por lo que ahora veo, adictivo.
Los tacos!

Se  comen todo el dia a cualquier hora, siempre hay una taquería funcionando cerca. En la mañana para desayuno, ya sea una tortilla con queso, hasta un taco completo.

Un taco es una tortilla con algo adentro básicamente, pero siempre lleva alguna parte del cerdo o la vaca: ceso, labio, lengua, ojos, todo esto dentro de la categoria “de cabeza”.

También pueden ser de tripa, de hígado, chorizo, y hasta las bolas del toro, o de carne común. El viernes pasado era de cuaresma y probé de merluza.

Luego, si los pides “con verdura” o “con todo” le agregan cebolla picada y cilantro. A eso, uno le agrega salsas a gusto, en general hay un par de rojas una mas picante que la otra, y una de ahuacate llamada guacamole .
Hay también pequeñas variaciones según la zona del país: Varía el tamaño, los acompañamientos: unos rabanitos, pepinos, lechuga, cebolla frita, frijoles, etc. En Oaxaca por ejemplo va con un pedacito de piña dentro. Los hay de carne frita, a la plancha (semi frito sería esto), o de olla.

Se me llegan a caer las lágrimas, y las gotas de sudor corren por mi frente y no las puedo secar porque tengo una mano con el platito y la otra embadurnada con el taco que siempre quiere desarmarse, y juntando lo que cae con los dedos (así se comen). Eso si, cuando pagas y te vas te dan un caramelito de menta pal aliento… ! son geniales.

Una pared completa de piso a techo, llena de flores, rodeando una vitrina con la virgen de Guadalupe, en un estacionamiento de mala muerte en medio del Distrito Federal.

Un crucifijo psicodélico bordeado con luces amarillas y rojas que se prenden y se apagan, es uno de los adornos de un colectivero.

Papeles de colores con motivos calados, colgando debajo de un puente indican que hay allí una figura de la virgen. La gente le lleva velas que siempre están prendidas.

El cura de una iglesia de una barrio alejado de Cuernavaca saca sus parlantes al patio para el gentío, que se amucha alli. Adentro está lleno.

Una mancha de humedad en una pared, de pronto para alguno se asemeja a la virgen. Ahi nomas se monta el adoratorio.

No es casual que el Padre de la Patria era cura. El cura Hidalgo, promotor de la independencia, y famoso por su grito libertario. Incitó a los feligreses a levantarse contra los españoles, a los que acusó de pretender entregar el reino a los franceses y hacer peligrar la religión. Enardecida la población, se armó como pudo y se unió al movimiento libertario, dando comienzo en 1810 al movimiento que culmina en 1821 con la independencia de los Estados Unidos Mexicanos.

Otro cura, el padre Morelos, discípulo de Hidalgo sigue con el movimiento independentista.

Las fiestas religiosas se celebran todo el año en todo el país. En Oaxaca cada pueblo celebra el día de su santo con una fiesta de tres dias. En Navidad empiezan diez dias antes las reuniones y las comidas.

Iglesias construidas con piedras de edificaciones prehispánicas se llenan de gente en un domingo común.

Monumentos a curas que, gracias a su esfuerzo y “amor por el pueblo” fueron hasta los sinfines de Mexico a evangelizar, gracias a Dios.

A un amigo mexicano dejaron de hablarle algunos de sus “amigos” luego de que se divorció. Dicen que es contradictorio profesar el catolicismo por un lado y por otro divorciarse, con lo cual es una persona incongruente y cínica.

Las casas en Querétaro tienen calcomanías pegadas en la puerta que dicen “Somos católicos, no insista con inculcarnos otra religión. No pierda su tiempo”. Hubo una gran pegatina hace unos meses y ahi quedan.

Las taquerias casi no tienen carne los viernes de cuaresma, hay que optar entre merluza y camarones esos días.

Las rigurosas y asistidas visitas a los templos el Jueves Santo. De cada templo hay que llevarse un pan, que los venden alli mismo. Al otro día se desayuna con los 6 panes.

Un diario amarillo publica, a raiz de una de las tantas visualizaciones y apariciones de la virgen muy de moda ultimamente, el titular “Papaya Virginal”, abusando del clásico humor de doble sentido mexicano. Alguien, al irse a degustar una papaya vió que la mancha de la fruta era la imagen tan adorada. Es ella! (Les dejo la tarea de imaginar a qué parte de la mujer se le dice vulgarmente papaya).

IMG_0020

Originally uploaded by marinmoran.

Despues del desayuno desde la terraza del hostel que tiene una vista padrisima del mar, ya con el traje de baño puesto, me fui a la playa que estaba alli nomas, a 3 cuadras ya que me salía de la vaina por probar mi primer playa en el caribe en el viaje. No podia dejar de sonreir, estaba feliz, a mi que el mar no es lo que mas me conmueve, pero estar alli, en ese lugar, soñado tanto tiempo, era especial. La arena, blanca, finisima. El sol justo, no hacia calor reclacitrante. El color del agua. Transparente…

De alli a tomar la combi para Cancún, que cuesta 3 dólares y salen a cada rato, alli me encontré con mi amigo Rafael, quien vive al lado de la terminal. Estuvimos un rato platicando largo sobre México y sobre todo mi próximo destino: Cuba. Luego dimos una vuelta al mercado, y me arranqué con la R1 hacia playa delfines, recomendada por Rafael, a ver que onda este Cancún que tanta fama tiene. Si les digo que cuando baje del micro, y asomaba en el mirador, me quedé con la boca abierta. El color. Los colores y tonos del mar. Arranca con un azul penetrante y va pasando por toda la gama de tonalidades posibles imaginables de turquezas, hasta desvanecerse en la espuma blanca que se mezcla con la
blanca arena… oh… my… god… que… lindo. Algo que merece ser
visto, merece venir hasta aqui, nomas para ver esos colores. Ese Mar. Bello.

Mercado Mérida

Originally uploaded by marinmoran.

Mar 25

La idea era ir a Celestúm, un pueblo en la costa del Golfo de México a unos 100 km de Mérida. Pero amanecí cansadísima, y la sola idea de tener que tomarme 2 buses para ir y 2 para volver ya me cansaba, así que decidí quedarme en casa, recuperando, y se fue Alexandra sola. Estuvo bien, porque en la tarde levanté un poco de temperatura y agarré una diarrea que me dejó en cama dos dias. En el mercado había tomado el día anterior un agua de mamey y una de guanábana, y no se si fue eso o qué, pero por suerte en la casa habia algo para cortarla, y hasta dos botellas de un suero que toman para recuperar líquido.

Mie 26
En la noche no pequé un ojo, y tenía todo el cuerpo dolorido y una contractura en el cuello que creo que fué por la mochila, cuestión que Alex se fue temprano en la mañana a Valladolid, y de ahi seguía para Cozumel donde quería retomar su Master de Buceo. Esta fue mi primera despedida difícil del viaje, haíamos generado algo lindo con esta siuza atípica, espontánea y cariñosa. Yo me quedé de nuevo en cama, esperando a Daniel, quien llegó en la tarde, y como para no movernos mucho, él venia de un viaje en bus de 20 hras de Jalapa, nos vimos una película, un clásico mexicano del cine de hace 50 años, Los 3 Huastecos. Estuvo buenisima, porque además de divertida, cantaban mucho y habia música típica de la huasteca, y se veian alli costumbres de la época que aún se mantienen.

Jue 27
Daniel me acompañó a comprar mi boleto de avión para La Habana, el cual adelanté dos días de la fecha de reserva hecha antes, como ansiosa ya por pisar la famosa isla. Costó 279 dólares estadounidenses, con visa y taxes incluídos. De ahi nos fuimos a almorzar una típica comida yucateca frente a la plaza central, donde probé la cochinitas pívil que tanto me había recomendado Luis del DF, y de ahi no pasamos al local de al lado, la Sorbetería Colón, famosa en todo México según Daniel por sus exquisitos helados. Allí te sientas en la mesita y te atiende un mozo al estilo original de hace 50 años, que son mas o menos los que tiene el negocio, y nos tomamos mango yo y coco él, servido en copas de vidrio, los dos espectaculares que no sabías con cual quedarte.
De regreso en la casa, no había mas lugares libres en el ADO para Cancún, con lo cual me tomé un taxi a la salida para hacer dedo, pero el taxista cabrón no me dejó bien en la salida y unos policias en cambioneta me llevaron a la última gasolinera. Dudé un poco antes de subirme, porque es conocido que la policía aquí no es de confiar y roban a los turistas. Pero todo bien, allí no había sombra, pero en unos 15-20 minutos paraba un auto con dos muchachas que me llevaron hasta Playa del Carmen, donde iban y que de ahí quedaba a un paso.

La cosa que llegamos tarde, tipo 9 de la noche y Rafael mi amigo del club de Cancún no contestaba el móvil, así que decidí quedarme esa noche en Playa, y salir al otro día para Cancún.
El hostel El palomar, que busqué en internet ahi mismo, estaba cerca, en la 5ta avenida, donde había un tupido movimiento de gente, pero era agradable, porque eran todos turistas de vacaciones relajados, asi que eran bares y negocios de comida o souvenirs, y gente disfrutando del agradable aire de la noche, serena, que invitaba a seguir avanzando por la larga avenida.

Campeche

Originally uploaded by marinmoran.

Dom

Domingo tranquilo, de descanso, en la tarde igual dimos un paseo por el malecón con Alex, y probamos la botana de las jalapas: o sea, la picadita que te dan con la cerveza en los puestitos de la costanera. Son unos camarones con caracol en vinagre. Nada que quisiera repetir pero había que probar.

En la tarde nos visitaron de nuevo los amigos de Tomi, que llevaron paleta de coco para que probemos, casera, hecha con tres tipos de leche. Luego nos fuimos a ver el atardecer en el malecón. Ahora, aunque segúi sin sueño, pero estaba cansada asi que nos volvimos a casa pronto.

Lunes

Arrancamos las 4, temprano, de noche aún, proque Tomasa ya se iba al pueblito a trabajar, asi que acompañamos a Maika hasta el hostel, que ya hoy se sentía mejor pero aún débil prefería quedarse un día mas en Campeche, y con Alex nos fuimos a Coben en micro, que es la salida para Mérida, y allí en breve ya estábamos viajando con Nacho, un camionero medio introvertido pero muy buena gente, además el ruido del camión hacía dificultosa la conversación. Mérida está cerca, y en dos horas y media estábamos allí. Nos recibió la mamá de Daniel, porque él no estaba y llegaba el miércoles, asi que le invadimos el cuerto y luego de una siesta enfrentamos el calor meridano y nos fuimos a perdernos en su centro histórico.