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por el camino

October 10th, 2006



por el camino

Originally uploaded by marinmoran.

He probado membrillo verde con chile en polvo, tacos de cabeza de vaca, enchiladas, huitlaoche, esquite, mole, enfrijoladas, mamelas, tostones, huasontle.
He comido sushi con mango en un refinado restaurant japonés de México.

He saboreado gallo pinto, caracoles, atole, ceviche, tlayudas, pozole, tapioca, tacaca, mandioca y plátano frito.

He probado las mas exóticas frutas: tamarindo, mango, nísperos, mamey, marañón, coco, guayaba, guanábana, papaya, açaí, acerola, cupuaçú.

He bebido micheladas, banderitas, malta, chicha, uvita, cepillado, tejuino, tejate, tequilas, rones, cafe y guaraná.

He viajado en moto, bici, carro a caballo, buses de todos los tamaños y colores, lancha, lanchón, ferry, barco, avión, avioneta, carrito, camión, camioneta, autos modelo 50 y 2006, metro, jeeps 4×4 y kayac.

He navegado el río amazonas durante mas de 3 días.
He escuchado un discurso de Fidel en la Plaza de la Revolución.
He bebido del mejor tequila del mundo en la ciudad de Tequila.
He jugado al domino en un alejado barrio de La Habana.
He subido la majestuosa pirámide del sol en Teotihuacán.
He bailado y cantado en un recital de Manu Chao en el Zócalo.
He admirado la obra de Frida en su propia casa.
He visto ponerse el sol en el Golfo de México desde el malecón campechano.
He visto el mar mas lindo del mundo en el caribe mexicano.
He bebido ron a las dos de la tarde con un negro desconocido en el alejado morro de Santiago de Cuba.
He estado en la cena de cierre de un congreso de turismo en Guatemala.
He buceado entre corales increíbles y peces que danzaban a mi alrededor.
He bailado y cantado en una fiesta latina en Nicaragua.
He escuchado el Requiem de Mozart en el Teatro Nacional de San José.

He escuchado un inglés gritar con mucho odio un gol en contra
Argentina en el Mundial.
He caminado por playas paradisíacamente desérticas.
Me he acostado en mi hamaca en medio de la selva lacandona con una luna completamente roja frente a mi.
Me he rascado con desesperación mis pies picados por insectos hasta sangrar.
He admirado el famoso Canal de Panamá.
He viajado en el tiempo al recorrer una vez mas los pasillos de mi escuela que no veía hace mas de 22 años.
He caminado la Gran Sabana venezolana.
He visto magia.
He recibido y he dado. He maldecido y he querido.
He leído, he platicado, he esperado, he observado.
He llorado, he reido.
He extrañado, he aprendido.

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Mi tierra querida

October 10th, 2006



ta carita no?

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Mi amigo Lupu me fue a buscar al aeropuerto y al ver de pronto una
bandera medio desteñida albiceleste sabía que ya estaba en casa (y que nos habíamos pasado de migraciones donde debía sellar mi pasaporte con la salida de Brasil). Una bandera que me resultó muy pálida y descolorida comparando con las que venia viendo.
Y a partir de allí una sucesión de cosas, palabras, gustos, olores que o a reconocer: los R12, las golosinas en el kiosco tan bien
expuestas, los kioscos, los chocolates milka, el acento, la radio con unos locutores re porteños pronunciando la “ll” tan fuerte tan fuerte como para no olvidar en que lugar del planeta uno se encuentra, el asado por supuesto que no tardó en llegar, el vino, los mates. El Banco Nación, los alfajores, la pachanga y la cumbia villera.
Reconfirmar una indicación dada en la calle por pura costumbre nomas, porque al hacerlo me di cuenta que había sido muy clara y precisa “una cuadra para abajo”. Los billetes, las monedas! (que feas son nuestras monedas, auquen tienen el número que indica su valor tan grande que uno no tiene que estar dos horas mirando a 3 cm de la cara buscando cuanto valen). Las monedas… que al querer de pronto pagar con monedas en un locarl en vez de con billetes me di cuenta que ya podía acumularlas tranquila proque no tenía mas fronteras por delante.

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Belem do Para

October 10th, 2006



vista do belem

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Ver los edificios de Belem ese martes en la mañana fue algo chocante.
Por mas que pasabamos por puertos eran pueblos chicos, sin ruidos y olores y mas armónicos con tanta selva alrededor. Pero había que bajar, descolgar la hamaca, cargar la mochila y lo peor, no ver mas a esa gente con quienes había convivido a full durante casi cuatro dias.

Con Jesús y Helen igualmente nos fuimos a buscar un alojamiento y estuvimos juntos hasta el otro día en que se fueron a Algodoao.
Belem es una ciudad grande, calurosa, con muchas construcciones
coloniales que estan manteniendo dentro de todo, bulliciosa, los
puestitos de venta de Salgado + Suco a 1 reais, muchos buses y carros último modelo, pero mucha gente durmiendo y viviendo en la calle.

Un puerto hermoso lleno de bares y restaurantes, el río iluminado, la Praca da Republica con sus anchas veredas de piedras blancas, y su Bar do Parque pintoresco hasta decir basta y de época, el Teatro da paz sobre la Av Presidente Vargas. La catedral blanca y sensilla mirando al río, en la “ciudade vielha”, un casco historico que se acordaron tarde de preservar.

Mis amigos se fueron al otro día, donde no pude acompañarlos porque estaba sin un real mas. Solo lo justo y necesario para volver a casa. Restaba esperar la fecha del viaje aereo que me llevaría hasta Foz do Iguazú, asi que me eche a deambular un poco por Belem, y a devorarme “100 años de soledad” que me prestó Jesus en casa de Carol, mi última host del club del viaje, donde su familia me atendió de primera.

El viaje estaba llegando a su fin y esto me causaba por momentos un setimiento de nostalgia apresurada mezclada con un poquito de “quiero mas de esto!”. Pero el pasar de los días y saberme en Argentina dentro de tan poco me lleno de alegría y de ese disfrute que es el volver.

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De Manaus a Belem – 4 noches en el Rio Amazonas

October 10th, 2006



Río Amazonas

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El ánimo de aventura que me hacía apetecible y tentador el viajar en
barco y dormir en hamaca se diluyó en cuanto entré al barco mismo, 3 horas antes de su partida “para encontrar un buen sitio”.
“Aqui, aqui” me señalaba el maletero haciendo un movimiento con los brazos para indicar el “espacio” que ocuparía mi hamaca.Claro solo él lo veia, yo pensaba que era mezcla de chiste con tomada de pelo “A dónde???” le respondo sin poder creer lo que sucedía. “Aqui, aqui” me repetía “Aquí a dónde??”, “solo veo un enjambre de hamacas entrelazadas donde no se puede ni caminar y tu pretendes que yo cuelgue mi hamaca aqui y no solo eso sino que duerma aquí 4 noches??” pensaba…. Al ver mi cara mezcla de desesperación e incertidumbre él maletero y la asistente del barco (una vieja personaje total) me buscaron otro sitio por ahi, que me convenció un poco mas no se si por lo realmente mas despejado del area y si porque ya me había adaptado al enjambre, allí atamos mi hamaca a estrenar totalmente resignada.

Luego me senté en un banco y miraba mi hamaca pensando “lo que me espera…”. El movimiento dentro y fuera del barco y en el barco vecino también a punto de salir merece un capítulo aparte. Música brasilera a todo volumen que le daba un toque cinematográfico si se quiere al momento. Hombres, mujeres, niños, adolescentes, bultos, cajas, cajitas, bolsones, tarros de pintura, vendedores ambulantes, vendedores de pasajes, algún gringo con su mochila clásica en la espalda y una cara
de asombro no muy distinta a la mia minutos antes.

Sol a pleno. Sudor. Calorciño. El forró no abandona los parlantes.
Caderas en movimiento al ritmo de la música. Colores. El amarillo predominante. Y ese canto permanente que es el portugués falado por cientos de personas a mi alrededor.

A las 3:30, luego de 2 horas allí sentada y aún faltando una hora para sarpar (en teoría) ya estaba agobiada al punto de querer salir corriendo. Esto va a estar duro pense. Y lo fué: 4 noches durmiendo poco, mal y entrecortado, que dejaron sendas ojeras que tardaron en irse y unos baños que obligaban a tomar aire antes de entrar fueron la parte negativa del viaje.

Pero 5 veces pagado todo esto con el viaje en si. El viaje mas largo que habia hecho en barco, un viaje de extremos. Lo malo era muy malo, y lo bueno era excelentemente bueno. Intenso. Pero claro, mucho tuvo que ver en que los 3 dias y medio alli fueran lo que fueron la compañia, que no tardó en aparecer, Jesus, otro español y van… antes que arranque el barco nos compenetramos en una conversación tan interesante como amena que casi perdemos la cena, fuimos los últimos de los últimos en llegar a comer y ya nos habíamos ganado la mala fama de retrasados ante los ojos de la vieja personaje.

Después conocimos a Daniel, un porteño en sus vacaciones de invierno, también con un cierto grado de locura como para meterse ahi, y a Helen, una irlandesa risueña, de esos europeos que no parecen europeos, y asi formamos un grupito con el que me pasaba la mayor parte del día, por no decir todo el día.
Para lo poco y mal que dormi la primer noche el segundo día paso bien, casi sin sueño, me pasaba la tarde entre lecturas y charlas. La segunda noche no fue mejor, pero increiblemente no hacia siestas, el recorrido era demasiado exitante como para dormir a plena luz del día.

Con el grupete nos apropiamos de un costadito del barco, arriba en la terraza donde habia sombra, brisa fresca y la música del bar (que era buena gracias al cielo) no te partía el tímpano y dejaba conversar. La cosa que al tercer día habia agarrado ritmo y costumbre a esa rutina, rutina maravillosa por cierto: respiraba aire puro en medio de la naturaleza el 100% del tiempo (el sitio de las hamacas no es cerrado), charlaba con gente interesante, aprendía algo de portugues, leia, y todo sin preocuparte nunca por que comer, ni donde dormir, ni como ir a x lugar, ni nada. Al punto que el sentimiento inicial de “como haré para aguantar esto” se convertía en “voy a extrañar esto cuando lleguemos”. Incluso la noche antes de llegar, nos dió una especie de nostalgia anticipada, que comentábamos con Jesús que sentía lo mismo, algo como no querer llegar sino seguir unos días mas.

La parada en los puertos eran todo un acontecimiento, el ver los
vendedores ambulantes como entraban con locura desenfrenada queriendo llegar primero a los clientes ansiosos de gastar dinero y consumir cositas que no habia en el barco.

En las noches era un espectáculo, aire fresco, una cervecita en el
bar, los golpes de las fichas de dominó contra las mesas, los temas musicales que ya se iban convirtiendo en los hits del viaje (nao poso esquecer y ana julia por ejemplo) y la cotidiana tormenta eléctrica en el lejano horizonte que me podía pasar largos ratos observando, como la bola de nubes se iluminaba por detrás con potentes y prolongados rayos, uno tras otro.

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Penúltima Frontera

October 10th, 2006



Penúltima Frontera

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De regreso a Santa Eelena de Huaren, me dejaron los chicos en la frontera con otro jeep y allí crucé rumbo a Manaus donde llegaría al otro día. En Manuas había alguien del club para quedarme, de nuevo el hospitality club! que emoción ya lo estaba extrañando, y en Brasil funciona muy bien, a diferencia con Venezuela que ni contestan, o contestan y luego se borran, o cuando los llamas se olvidan que es el hospitality club y te dicen que es equivocado. En fin…

Manaus es una gran ciudad metida en el medio del Estado Amazonia, donde los unicos medios de salir de alli al resto del pais son aire y agua. El primero es muy costoso para el brasilero medio (y para el viajero medio ni les cuento) pero el segundo es muy lento. Con lo cual no tiene mucho movimiento digamos de gente de otros sitios, y se crea una atmósfera tranquila y de cierta seguridad (para ser Brasil). Esta atestada también de los clásicos vendedores de la calle, que superan todos los espacios y hasta dificultan la circulación en las calles que además estan llenas de gente que va y viene. Mucho movimiento. La nota de la ciudad es el Teatro Amazonas con su estrafalaria cúpula que nada tiene que ver con el estilo del edificio, y su plaza enfrente donde desde sus bancos uno escucha una música clásica o algún jazz con el volumen justo como entrar mas por el subconciente que por los oidos, todo gracias a unos parlantes bien ubicados en los postes de luz.

Café! rico y barato!!! Excelente, lo que esperaba encontrar en
Venezuela, gran productor de café, pero no fue asi para mi sorpresa.

El café mas caro de todo el viaje lo tienen ellos: 25 centavos de
dólar por una medidade café que es un vasito mini donde entran unas 3 cucharadas soperas para darse una idea, de un cafe feo, quemado y ahuado! Caríiisimo. En Colombia esa misma medida cuesta menos de la mitad (200 contra 500) y es rico.

En Manaus me recibió Jaranda, mi amiga del club, estudiante de
ingenieria en floresta y me quedé a dormir en el dormitorio de una amiga de ella, Fran en la Casa do Estudiante. Esa noche terminamos las 3 comiendo galletitas con dulce cacero de guayaba (que le manda la madre obvio) en la terraza, con vista al teatro amazonas y la iglesia San Sebastián iluminados. Disfrutando de la brisa de la noche, la conversación amena en portuñol y el dulce de guayaba que estaba buenisimo. Uno de esos momentos que renuevan las energías para seguir camino.

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La Sabana

October 10th, 2006



El Abismo

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Pero a la negra noche de ciudad Bolívar vino el día. Y como nada es casual me senté al lado de un caraqueño simpático y buena gente que al ratito de estar charlando no duda en invitarme a ir con ellos a un campamento en la gran sabana (sitio donde se dirigia el bus), a un lugar denominado el 7mo chacra del mundo. Claro! dije yo, sería un sueño ya que a esas alturas por los altos costos de dicho viaje ya había desistido practicamente de la idea.

Al otro día partimos junto con Lenin, Henry y Kelky, en una 4×4 “arrecha” y luego de 3 horas por unos caminos aventura total llegamos a una cabañas con un estilo propio, en un lugar paradisíaco, al pie del Altar una formación rocosa en la cima de un tepui. Ni bien llegamos un baño en una poza del río que pasa ahi a escasos 50 metros de la casita, una cena luego a la luz de la velas porque no hay electricidad ahi. Ni gas. Ni nada! Y luego antes de hacer noni un ron entre los cuatro como para no olvidar su gusto. Luciérnagas y sapos que hacían unos ruidos raros fue el cierre de una jornada cargada de energía. Al otro día a subir la montaña, durante una hora a pie aproximadamente para ir a otra cabaña, mas exótica que las de abajo, donde vive Carlos, a tan solo 100 metros del Abismo. El Abismo es un corte perpendicular de la tierra, que continua adelante pero 600 metros mas abajo. Es un sitio increible porque uno tiene la gran sabana a las espaldas y la selva amazónica adeltante, como en un lago de selva rodeado por unas montañas que son el límite con Brasil. Desde allí se escuchan los ruidos del río y de animales de la selva que esta debajo. Indescriptible en realidad. Hay que ir y verlo.

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Isla El Saco

October 10th, 2006


Isla El Saco

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Dejo Caracas para seguir mi camino a Brasil, pero haciendo una parada en el caribe, donde me moría de ganas de experimentar snorkling una vez mas antes de dejar el caribe atras, y fui a parar a Puerto La Cruz, el lugar mas espantoso de todo el viaje. Alli en el oriente del pais la rudeza venezolana que tanto me venia chocando desde que crucé la frontera colombiana, aquí se acentuaba aún mas.

Esto, sumado a un centro atestado de puestitos de venta en la calle, el calor, el gentío
extremo, la dificultad para obtener información, la ausencia de Toni con quien solía descargarme, etc. etc hicieron que entrara en crisis emocional en la horrible terminal de buses de Bolivar, al insólito horario de las 6 de la mañana luego de estar ahi esperando desde la 1:30 por un bus que supuestamente llegaba entre 2,30 y 3, y de perder 5 dólares por haber comprado un boleto sin necesidad y por verso del vendedor, y eso que era uno recomendado especialmente por el otro que habia dejado el turno. Una situación “arrecha” como diría el venezolano, salvada por el hecho de que en Puerto La Cruz había logrado bucear y fueron dos horas de fantasía, entre corales de mil colores y cientos de peces de todos tamaños (esta vez con protector solar en las partes expuestas). Y arrecho lo que vino después también pero esta vez en el buen sentido.

En realidad todo puede ser “arrecho”. Es un vocablo que significa
tanto enojado, pero también es algo bueno o algo malo, o algo como fuerte que se yo que mas. Lo usan en el 90% de las frases.

Siento que no le paran bola a nada, una puede estar parada en un puesto de venta pidiendo algo y ellos siguen en la de ellos, y por ahi cuando se percatan que estas te miran y lo único que hacen en fruncirte la nariz…te dan lo que pides y te fuiste. Como aquel que le compré un agua, y la dejó en el otro extremo del mostrador de donde yo estaba, me cobró y se fue. Se fue, o sea yo buscando donde estaba mi agua y cuando la vi di la vuelta para buscarla.

Cruzar la frontera a Colombia nomás y es un primor, cruzar a Brasil y es un primor. Ahi, del otro lado. El de migra de Venezuela levanta la mano haciéndome un gesto como que avance, no saluda ni nada, sella el pasaporte y me lo entrega. Y no es que había 20 mil tipos y era un loquero, era un paso tranquilo a una hora tranquila con poca gente, éramos 3 para sellar. A los 200 metros de allí fue un alivio volver a encontrar gente amable, sonrientes. En migraciones mismo charlando con la mujer que atendía y eso que es otro idioma, pero hubo una interacción, es mas hasta hizo un chiste y todo. Algo que no logré con el señor del mostrador anterior.

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Caracas

October 10th, 2006



Caracas

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Dejamos Mérida junto con Simon, y de ahi viajamos 12 horas nada menos hasta la capital del pais donde no me terminaba de decidir a ir. Caracas no es tan fresco como Mérida pero es un clima muy agradable y rodeada de verde por los cerros que la rodean. Lo que no es agradable es el tránsito, un verdadedor caos (nada en comparación con México DF pero igual) aliviado ahora según dicen por el metro “la gran solución para Caracas” como versan en sus publicidades.

La inseguridad reinante hace que mucha gente se guarde en su casa temprano, y se considera de mucho riesto andar por el centro a y ciertos sitios despues de las 8 de la noche (no es para mi no?) Nunca me sentí tan observada como en el metro caraqueño con mi mochila y mas aún considerando que es una capital que en general son ciudades cosmopólitas donde nadie le para bola a nada ni nadie como dicen ellos. Al buscar a alguien para preguntar por un lugar x me costaba encontrar alguien dispuesto, algo que no me había pasado antes, es como que te evitan, te miran con desconfianza cuando te acercas y ni hablar de entablar una conversación con alguien por ahi. Son 5 millones de habitantes, pero la ciudad rodeada de cerros hace difícil su expansión. Los gente mas pobre toma los cerros y arman sus precarias casitas sin servicios obviamente, quedando asi la ciudad rodeada de barrios marginales que observan de cerca día y noche los lujosos edificios y carros del centro de la gente de dinero.

La nota de la ciudad es el cerro Avila, conservado como Parque
Nacional, una ley no permite construir nada por encima de la cota 1000. Un recorrido por el centro, la plaza con su clásico monumento a Bolivar, la catedral, bella por lo sencilla, el Palacio de Justicia, la Alcaldía, la casa natal de Simón y finalmente el palacio Miraflores rodeado de militares, que me apuraron a mitad de cuadra luego que saque fotos y me exigian que saque mi cámara del bolso (que acababa de guardar) porque no estaba permitido tomar fotos allí. “No sabía, no dice en ningún lado” les contesto señalando la zona, a lo que repiten “saque la cámara” con un tono imperativo al que no estoy acostumbrada, y luego “nos tiene que acompañar al puesto de control”. Entonces ahi me saque, les dije que borraba las fotos ahi mismo y listo, que no voy a ningún puesto de control porque no hice ningún delito, me salió el Moran a pleno pero anduvo bien todo igual, borre las fotos ahi mismo, el pibe recontra chequeó que las ubiera borrado y no que hubiera hecho algun “truquillo” para engañarlo, y me fui, recordando como le había sacado fotos tan tranquila a la Casa Blanca seis años antes.

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los andes

October 10th, 2006



los andes

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Luego de caminar bajo el imponente sol maracucho, cruzar su puente famoso por lo largo, 8 km de hormigon que unen ambas costas del Lago de Maracaibo, tomar refresco univta nuevamente y comprobar que sabe exactamente igual que hace 25 años, beber chicha de arroz, engrasarme los dedos con un tequeño gigante, compartir con mi tía, mis primos, poder disfrutar del espectáculo de magia de mi primo mago, “Marcelo El Grande… humildemente” como él bien se presenta, visitar el Costa Verde el primer centro comercial de maracaibo probablemente, beber cerveza Polar por supuesto, luego de todo esto decido arrancar para los andes en busca de un poco de clima fresco reparador. Destino: Mérida. Altura cerca de 1000 msnm. Aquí encontré reparo del calor castigante de las últimas semanas y gente amable como no vería en ningún otro sitio de Venezuela, y no por exagerar sino por lo ruda que me resultó esta gente.

Alli me encuentro con Simon, casualmente en el hostal, un suizo que se había alojado en casa por el club antes de mi partida. Con él recorrimos algunos pueblos de alrededor con una combi y subimos hasta 4100 msnm para tomar un chocolate caliente y ver las nubes desde arriba. Mérida es una ciudad de estudiantes y turistas, tiene una plaza con mucho movimiento, una bellísima catedral y en las noches de fin de semana aparcan sus carros en la plaza Heroínas los jóvenes, con puertas abiertas. música a todo volumne, regetón como siempre y algún que otro vallenato y una caja de cervezas en botellas de 330 que con la fresca igual beben gustosos. Un par de puestitos largan humo al cocinar unos pinchos con carne para picar algo.

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maltin y maltina

July 13th, 2006



maltin y maltina

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Colegio Bellas Artes

La escuela primaria de la que mejores recuerdos tengo, está a escasas 5 cuadras de la casa de Alex. Como estaría? Igual? Muy cambiado? Lo vería todo extremadamente pequeño comparando con mis recuerdos?

Primero llego al Teatro Bellas Artes, el cual reconocí porque está
igual. Adentro aproveche para ver una muy buena exposición de fotos, y echarme una partida de ajedrez con el sereno del lugar que justo terminaba una con otro muchacho.

Y de ahi al colegio, algunas cosas no me suenan, no las recuerdo para nada, unos bloques de cemento en una construcción del patio. Entro y esta igual, igual, igual. No me lo puedo creer. La única diferencia que noté era que ahora veía todo desde mas arriba! (un poco crecí desde los 8 años). El hallcito de la entrada, administración enfrente, tomo automáticamente por la puerta de la derecha, y llego a mi aula, allí, 3 B decía el letrero de la puerta. De allí al patio, claro lo mejor del colegio. Los uniformes son iguales, veo mis compañeritos ahi, con la lonchera saliendo al patio, corriendo. El playón, ahora techado, la inmeeeeensa cancha de futbol con pastito de verdad en el fondo, en verdad es grande. A la derecha la piscina! Me veo ahora patalear en el agua junto con otros 20 o 30 pibes en la clase de natación.

Me voy al fondo del patio y busco al cepilladero. Luego vuelvo a la
cafetería que ya no es un sucucho sino una cafetería mas arreglada, y pido lo de siempre, una empanadica. La tribuna al costado de la
pileta. El himno empiezo a cantar. Luego entro y busco a Claudina, del personal de Mantenimiento que me dicen que está hace 24 años trabajando aquí, con lo cual estuvimos en la misma época. Claudina se toma todo el tiempo, y repasamos detenidamente cada uno de los cambios desde aquella época al momento, me lleva al salon de actos y de gimnasia… estaba vacío pero yo lo vi lleno, con los aparatejos para hacer salto y lleno de niños y niñas gastando energía. Mis compañeros claro, no otros.

De ahi, feliz de tan hermosa visita, la cual no creo que hubiera hecho
de no ser porque mi padre me insistía tanto en ello, me dirijo al
Paseo del Lago, lugar donde usualmente remontaba mi barrilete y
cortaba la rutina del cemento del departamento con un poco de tierra.

Aquí conseguí lo que buscaba y no encontraba desde pisar el país:
ovomaltina. El tubo es igual, como de dentífrico. Pero no es tan rica.
Claro ovomaltina era la de antes. La malta polar si sigue siendo buena y con eso me refresqué un poquito en la asoleada tarde maracucha.

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